Descárgalos en pdf

¿Quieres leer Tribuna de Querétaro en formato pdf? Descárgalo aquí.

lunes, agosto 24, 2009

OPINIÓN. ¿Qué es la vida?

Ángel Balderas

La derecha en Querétaro tiene prisa por aprobar una ley que penalice el aborto en cualquier circunstancia. Los actuales diputados van de salida y aprobarán (al vapor) una ley que tendrá consecuencias nefastas para las mujeres y sus familias.
Debería haber una amplía y seria discusión. En cambio, se organizó una “consulta” entre el 10 y el 31 de agosto en la que, sostenedores y detractores presentan sus posiciones sólo ante la Comisión de Puntos Constitucionales de la LV Legislatura.
Los ponentes disponen de poco tiempo, no tienen derecho de réplica y no hay espacio para la discusión. La prisa está dictada por la aritmética. El PAN cuenta actualmente con 16 de 25 diputados, mientras que en el próximo periodo legislativo contará sólo con 11.
El diputado panista Fernando Urbiola Ledesma presentó una iniciativa para reformar el artículo 2 de la Constitución de Querétaro, en la que se reconoce la existencia de vida desde el momento de la concepción. La intención real de esta iniciativa es penalizar el aborto incluso cuando el embarazo es producto de una violación o está en peligro la vida de la mujer.
La iniciativa se basa en un dogma de la Iglesia Católica: que la vida humana comienza en el momento de la concepción. Esta iniciativa forma parte de una estrategia de El Vaticano que impulsa en América Latina este tipo de leyes ante la imposibilidad de hacerlo en la mayor parte de los países europeos.
Los que sostienen este tipo de leyes afirman que están “a favor de la vida”. Sin embargo, ¡nadie sabe a ciencia cierta qué es la vida!

¿Qué es la vida?
Para empezar, no existe una definición única del concepto “vida”, ni siquiera desde el punto de vista estrictamente biológico, no digamos ya desde un sentido filosófico o antropológico.
En la Encyclopedia Britannica aparecen diferentes grupos de definiciones: metabólicas, fisiológicas, bioquímicas, genéticas, termodinámicas y autopoiéticas. Todas estas definiciones son objetables. La mayoría de los científicos, para trabajar con el concepto vida, recurre a elementos de una o más de estas definiciones.
Se señala en tal enciclopedia que “una de las dificultades en definir la vida es que el único ejemplo que conocemos se halla en el planeta Tierra… nadie puede dar una definición concisa y completamente incluyente de lo que es la vida”.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una de las acepciones de vida es el “espacio de tiempo que transcurre desde que nace una persona, animal o vegetal hasta su muerte”.
Subrayo que no se habla sólo de personas sino de todos los seres vivientes, por lo que es una contradicción presentarse a sí mismo como “defensor de la vida”, en general, mientras se promueve el inmundo “espectáculo” de las corridas de toros o se “disfrutan” las peleas de gallos.
En sentido estricto, los autodenominados “defensores de la vida” no deberían alimentarse de otros seres vivientes, animales o vegetales, pero como no pueden hacer esto, no son defensores de la vida en términos absolutos, sólo en términos relativos, en todo caso “defienden” sólo la vida humana.
Con respecto a la vida humana existe otra acepción en el mismo diccionario: se refiere al modo de vivir en lo tocante a la fortuna o desgracia de una persona, o a las comodidades o incomodidades con que vive.
Para la derecha esta concepción de vida es muy incómoda, debido a lo cual prefieren un punto de vista mecanicista (espermatozoides y ovocitos).
Ignoran esta acepción, pues pretenden “defender” a los no nacidos pero una vez que nacen se olvidan de ellos y desde el poder instrumentan políticas públicas agresivas en contra del bienestar de las personas. ¿Para qué quieren que nazcan niños en cualquier circunstancia, por ejemplo, como producto de una violación?
¿Para que haya más limpiaparabrisas o pidan limosna en las esquinas? ¿Para que mueran a los dos o tres años de edad de enfermedades curables? ¿Para que sean explotados en los campos? ¿Para negarles su derecho a la salud y a la educación? ¿Para que cuando sean jóvenes les quiten su derecho a un empleo digno y los envíen al infierno del outsourcing?
¿Para que cuando sean adultos les nieguen desde el poder su derecho a una pensión digna? ¿Para que haya abundancia de “mercancía” para los pederastas, incluyendo a los sacerdotes católicos?

La ley 194
Italia es un país en donde el catolicismo es religión de Estado, ahí se encuentra El Vaticano. Sin embargo, cuenta desde 1978 con la ley 194, que regula las modalidades del recurso a la interrupción voluntaria de la gravidez (IVG).
Esta ley permite el aborto legal dentro de los primeros 90 días de embarazo a la mujer que “el embarazo, el parto o la maternidad comporten un serio peligro para su salud física o psíquica en relación a su estado actual de salud o de sus condiciones económicas, sociales o familiares, o a las circunstancias en las que se dio el embarazo (por ejemplo producto de una violación) o para prevenir anomalías o malformaciones en el feto”.
Incluso se permite la IVG después de los 90 días de gestación, en caso de peligro para la salud psicofísica de la mujer o malformaciones en el feto.
Después de su promulgación, la Iglesia Católica promovió un referéndum para su abolición. El referéndum se llevó a cabo en 1981 y la Iglesia sufrió una derrota estrepitosa, pues su propuesta apenas obtuvo un consenso del 18%, lo que demostró que la gran mayoría de los italianos no son católicos o, más probablemente, que la inmensa mayoría de los católicos italianos estaba a favor de esta ley.
El aborto está íntimamente ligado a la educación sexual, pero la derecha tampoco quiere eso. En muchos países de Europa la disminución de abortos clandestinos se debe a leyes que permiten el aborto legal. La disminución de abortos legales se debe a una adecuada educación sexual y a la disposición de anticonceptivos eficaces, pero esos tampoco los quiere la derecha.
Antes de la promulgación de la ley 194, se estima que había en Italia una media de 250 mil abortos al año. Después de la promulgación de la ley, el número de abortos no aumentó sino que ha disminuido a cerca de 135 mil al año, una baja del 46%.
Hasta antes de la ley 194, en Italia muchas mujeres que practicaban el aborto clandestino no se presentaban en el hospital cuando surgían complicaciones debidas a la falta de las necesarias precauciones de esterilidad, sobre todo las pobres, las cosas se complicaban hasta que tenían que llevarlas al hospital para morir pocos días después.
En cambio las mujeres ricas podían acudir a clínicas privadas con las “cucharas de oro”, médicos que practicaban el aborto cobrando precios caros por lo que tenían una buena fuente de enriquecimiento.
Esto es lo que quiere la derecha para las mujeres queretanas y de otras partes del país.

No hay comentarios.: