Hugo Gutiérrez Vega
Ante la agresión sufrida por un grupo de mujeres defensoras de los Derechos Humanos, levantamos nuestra voz de protesta.
Insistimos en el hecho de que la despenalización del aborto es un aspecto fundamental de la cultura contemporánea.
La reacción de los trogloditas hace patente la necesidad de que se mantenga el Estado laico que no es antirreligioso, sino que respeta a todas las religiones.
Por esta misma razón, el Estado no puede tomar partido a favor de alguien en particular, sino debe de garantizar las libertades indispensables para que todos los pensamientos tengan cabida en la vida social.
La despenalización del aborto (debo advertir, que, en mi opinión, el aborto es un último recurso y que antes de él están los anticonceptivos y preservativos), el matrimonio de personas de ambos sexos y el respeto a las minorías sexuales, son datos esenciales del mundo moderno.
Oponerse a ellos significa un retroceso histórico, una falta de respeto a la capacidad de decisión de las mujeres y un ataque flagrante al Estado laico que ha beneficiado no sólo al Estado, sino a todas las religiones, que ha sido benéfico no sólo para el gobierno, sino para todas las Iglesias.
Hago mías, punto por punto, las declaraciones que sobre la absurda iniciativa por penalizar el aborto, hicieron las integrantes de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.Pienso que la iniciativa de ley presentada por la diputación panista es una falta de respeto a la dignidad y los derechos humanos, particularmente a los de la mujer, y su aprobación significaría un retroceso histórico y un triunfo para el oscurantismo que caracteriza al pseudopensamiento de las derechas. Por otra parte, repito, lesionaría gravemente al Estado laico y al espíritu de nuestras leyes y, lo que es más grave, sería un insulto a la inteligencia del pueblo queretano. - Ponencia leída el lunes 17 de agosto durante las audiencias públicas por la posible reforma al artículo 2 de la Constitución local
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