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domingo, agosto 16, 2009

El aumento desmedido a las tarifas del transporte público en Querétaro

Ángel Balderas Puga

Un transporte eficiente es vital para la economía de una ciudad. Se necesita que los trabajadores lleguen puntuales a sus trabajos y los estudiantes a sus clases, que la gente no pierda horas en un medio de transporte.

El transporte público es estrictamente necesario, pues es inviable que toda la gente se traslade en medios privados. Ni la infraestructura ni la ecología soportarían tal barbaridad.

En el caso de Querétaro, se estima que diariamente cerca de 640 mil personas usan el transporte público en la zona metropolitana, lo que refleja la importancia del problema (Notimex, 05/08/09).

Aumento exagerado

El gobierno de Querétaro autorizó un aumento desmedido en la tarifa del transporte público del 30%, al pasar el costo del pasaje de 5 pesos a 6.50. Ese porcentaje contrasta con el aumento al salario mínimo en los tres años de gobierno de Felipe Calderón: sólo ha aumentado un 12.6%, apenas $6 en tres años. El aumento al salario mínimo de tres años queda anulado con tan sólo que dos miembros de una familia utilicen un camión diario (de lunes a viernes).

Una persona que toma un camión para ir a algún lado, normalmente también lo requiere para regresar, por lo que con el aumento gastará 13 pesos. Muchas personas hacen esto de lunes a viernes, por lo que gastarán en transporte 65 pesos semanales, 273 pesos mensuales.

Otras personas, por culpa de la deficiente red de transporte, deben tomar dos camiones de ida y dos de regreso. En este caso el costo aumenta a 546 pesos mensuales. En la misma situación están las personas que regresan a su casa a comer y deben hacer un doble recorrido.

Si sólo dos miembros de una familia usan camión de lunes a viernes -una sola vez al día-, el costo significa 546 pesos mensuales, una tercera parte del salario mínimo. La cosa se agrava si más miembros de la familia deben usar camión.

Incremento en una economía familiar colapsada

La insensibilidad del gobierno panista queda en evidencia con el porcentaje de aumento en las condiciones actuales de la economía de las familias: desempleo, bajos salarios y aumento de precios.

Tan sólo en lo que va del gobierno de Calderón, se han perdido 700 mil empleos. Con cifras del INEGI, es muy probable que al menos 23 millones de mexicanos se hallen desempleados, subempleados, trabajen en la economía informal o en la delincuencia.

De acuerdo al INEGI, en el primer trimestre de 2009, 20% de mexicanos ganan como máximo un salario mínimo (mil 500 pesos mensuales), 44% como máximo dos salarios mínimos (tres mil pesos mensuales) y un 64% como máximo tres salarios mínimos (cuatro mil 500 mensuales).

En los últimos dos años, el poder adquisitivo de los mexicanos, medido con base en el salario mínimo, ha presentado un decremento del 30%, mientras que la canasta básica subió 15%, al pasar de 3 mil 900 pesos en 2007 a más de 5 mil pesos mensuales en la actualidad (Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, enero de 2009).

Es en este contexto que el gobierno autorizó un aumento del 30% en el transporte público.

La “modernización”

En los últimos 25 años, supuestas “modernizaciones”, han sido el disfraz más utilizado para justificar prácticamente todo y hoy, el gobierno de Querétaro lo vuelve a hacer para “justificar” un aumento a todas luces desmedido.

En todas las ciudades de los principales países europeos el transporte público es municipal y no privado pues se trata de una cuestión trascendental de interés público. De Londres a Berlín y de París a Roma, son los municipios quienes se hacen cargo de otorgar a sus ciudadanos un servicio tan importante como el transporte dentro de las ciudades y de sus zonas metropolitanas.

En una ciudad estándar europea (con menos población de Querétaro), el servicio de transporte público es moderno; no es privado, lo proporciona el municipio. Los autobuses se hallan en un estado óptimo y son ecológicos; los autobuses sólo se detienen a subir y bajar pasaje en paradas establecidas y no donde se les da la gana a los choferes.

También ahí los tiempos de llegada y de recorrido están tan bien establecidos que en todas las paradas se señalan claramente los números de las rutas que se detienen ahí y sus respectivas horas de llegada (en algunos casos incluso mediante pizarrones electrónicos).

En las paradas existen mapas con todas las paradas que hará el autobús y los tiempos de recorrido, elementos que permiten a la gente planear muy bien sus viajes dentro de la ciudad. De esta manera la población adquiere un boleto y lo conserva.

También existen máquinas automáticas distribuidoras de boletos; el usuario inserta su boleto en una máquina y no debe pagarle al chofer. Hay bonos con descuentos importantes para gente que usa el transporte público de manera habitual (semanales, mensuales, anuales) y cumple ciertos requisitos: estudiantes de todo tipo (desde el kínder hasta la Universidad), gente de la tercera edad, discapacitados, desempleados, gente de bajos recursos, refugiados, etcétera.

Los organismos encargados del transporte mantienen sitios web con información importante para los usuarios; los boletos tienen, por lo general, una hora de duración, lo que da a la gente la oportunidad de tomar dos camiones de rutas distintas cuando así lo requiere (sin tener que pagar doble).

En las ciudades europeas los choferes tienen un sueldo fijo no asociado al número de personas que transportan, por lo que nunca andan echando “carreritas” en las calles, respetan de manera escrupulosa los descuentos, tienen paciencia con la subida y la bajada de personas de la tercera edad -o con discapacitados-.

Así funciona un transporte público moderno y eficiente.

Nuestros gobernantes han viajado mucho (pagados con dinero público) ¿De qué les sirven sus viajes a Europa? ¿No ven? ¿No tienen capacidad de aprender? ¿Por qué no proponen un sistema como el de las ciudades europeas?

Desde que yo recuerdo, siempre que se ha aumentado el precio del transporte público en Querétaro se han hecho promesas de que mejoraría el servicio, y siempre esas promesas han sido incumplidas.

Una vez más, el gobierno panista promete por enésima vez algo que no podrá vigilar pues es un gobierno de salida. ¿Cómo se atreven a hacer promesas si ya no les corresponderá estar en la administración pública? Es verdaderamente inmoral.

En las pasadas elecciones el pueblo de Querétaro le dijo no al PAN. Por ello el actual gobierno no tiene legitimidad para dañar a la economía familiar de esta manera, a menos que le esté haciendo el trabajo sucio al PRI a cambio de impunidad.

Las tarifas del transporte público son una inmejorable oportunidad para ver al “nuevo” PRI en acción, para ver si este partido responde a las expectativas de la población queretana, o de si será necesario aplicarle a este partido un nuevo voto de castigo en las siguientes elecciones.

balderas@uaq.mx

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