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miércoles, septiembre 20, 2006

Sociedad - Fiestas Patrias

La mayoría de los vendedores vienen de Toluca
Caen ventas de banderas de México hasta en un 50%
Los bandereros, un oficio tradicional propio del mes de la patria


Carolina Sánchez Velasco

En Querétaro los puestos de bandereros se han vuelto una especie de tradición porque no faltan ningún año; los vemos presentes en cada esquina, en las plazas, en el centro…no obstante, ¿qué existe detrás de la colorida construcción que forman innumerables banderas de México?
El señor Abelardo es un banderero que se traslada cada año de Toluca a Querétaro para realizar la venta de su mercancía con motivos del 15 de septiembre; mientras no está vendiendo estos artículos se dedica a la agricultura en un rancho de Toluca: “sólo vengo aquí por la temporada”, dice. Mientras está en Querétaro, es dueño de dos puestos de “artículos patrios” en una plaza de Avenida Zaragoza; uno lo atiende él y el otro es atendido por una conocida suya. El señor Abelardo aseguró que las ventas este año, estaban siendo muy bajas pues “antes la plaza era muy visitada pero ahora ya no entra nadie, hay competencia y pues no vendemos nada”. Afirmó, que hace diez años la mercancía sí se vendía…“no crea que ganamos aquí algo”, agregó.
Ambos puestos de la plaza Zaragoza se instalan desde las ocho de la mañana y se retiran a las siete de la tarde; en un día, puede llegar a vender cerca de 600 pesos, sin embargo, “se vende pero no se gana nada”, aseguró. Aunque el puesto tiene un valor en artículos cercano a los dos mil pesos, según don Abelardo, se gana “si nos va bien (sic)” 200 pesos; “tan sólo de una bandera chica que cuesta cinco pesos, se gana un peso con 25 centavos”, la ganancia es mínima. Conjuntamente expresó que este minúsculo dividendo que le aportaba la venta de artículos no le alcanza para vivir, “hacemos la lucha para mantenernos”.
Don Abelardo afirmó que “se pierde mucho dinero por otros gastos”, pues la mercancía se adquiere a crédito, se paga renta y comida; las cosas “se van pagando, se venda o no, hay que pagar” al proveedor. Aseveró que la mercancía está hecha en México y que si no se vende “ya no se devuelve, se paga y se guarda para el año siguiente la mercancía que sale ya no nos la aceptan”. No obstante, afirmó que, por los 15 ó 20 días que se llegaba a instalar, no le cobraban nada por situarse en las instalaciones de la plaza.
La competencia de don Abelardo se encuentra a tan sólo unos cinco metros de su puesto; se instala fuera de la plaza a la vista de todos los que pasan por la calle, entran y salen de la plaza. El nombre del trabajador de este puesto es Manuel, quien trabaja normalmente como albañil en Toluca; este es su primer año en Querétaro.
Manuel, a diferencia del señor Abelardo, afirmó que su patrón paga al Ayuntamiento 180 pesos por instalarse desde el 24 de agosto hasta el 15 de septiembre, además esta cuota también cubría su establecimiento fuera del Templo de la Cruz, donde puede llegar a ganar hasta mil 900 pesos.
Los productos que vendo están hechos en Toluca. Al venderlos en un día normal sale entre 800 y 900 pesos, no obstante, en un “buen día” puede llegar a obtener de mil 200 a mil 600 pesos, pese a ello aseguró que gana mejor como albañil, pues a cada producto (banderas, trompetas, pelucas, etc.) le gana tan sólo cinco pesos. No obstante, aseveró que lo que gana le alcanza para vivir.
Asimismo declaró que este era uno de los peores años –según su patrón- pues las ventas se habían reducido en 50%, ya que en otros años habían llegado a vender hasta dos mil 500 pesos en un día. Los puestos, que existen en Querétaro, forman parte de una misma red tanto de proveedores como de dueños, puntualizó.
Mientras esto expresan los puestos de la plaza ubicada en Zaragoza, en el centro histórico de Querétaro encontramos a María Hernández, dueña del puesto, quien afirma que antes de ubicarse “en su lugar” debe pagar al Ayuntamiento 200 pesos, “es más o menos barato”, comentó. La cuota que paga, le permite establecerse por 15 días. “Si te quieres poner antes tienes que hablar con ellos, a ver si te lo permiten y si no tienes que esperar a ponerte el primero de septiembre hasta el 15, no sin antes arreglar tus papeles”, agregó.
María abre su puesto desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche entre semana, pero los fines de semana cierra hasta la medianoche. En un día, “así como estamos vendo 500 pesos, pero imagínate 500 pesos desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche pues no es justo”. Afirmó también que puede ser que en ocasiones se venda no se gane nada “porque vendes 300 a 500 pesos, pero gastas en comida, renta… o sea que no te queda nada, a veces ni te conviene. Y es que no es como antes, que antes sí compraban banderas…reusan lo que ya compraron, y así se la llevan y ya no vendes”. A cada producto, según María, le gana de 2 a 4 pesos.
María, también, viene de Toluca y a lo largo del año tiene otros puestos, “según la época del año”, comenta. La gente que funge como banderero viene en su mayoría de Toluca. Afirma que “contratan gente de allá porque las personas ya saben ‘el movimiento’, mientras que a la gente de Querétaro, se le tiene que estar enseñando y no conviene”.
En cuanto a la mercancía que vende afirmó que a los proveedores “no les importa si vendes o no, tú tienes que pagar el día que dijiste, a veces tienes que malpasarte para pagar tus cosas”. Conjuntamente dijo que existe una red que controla los puestos de bandereros, “todos le pagan a una misma persona”, expresó.
Finalmente, lamentó que la gente ya no se ilusionara con las compras para el mes patrio, no obstante, “te la juegas porque a veces no le ganas nada”.

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