Tribuna de Querétaro

La moral de los cínicos

Saúl Ugalde

Tenemos una clase política cínica, una clase política atrincherada en la partidocracia, esa partidocracia que prefiere no pronunciarse respecto a los abusos, corruptelas y flagrantes violaciones a la ley por parte de sus encumbrados miembros. Y si no se pronuncia, menos los condena. Sucedió con el Partido del Tucán y el niño verde, con el Partido de la Revolución Democrática y Rene Bejarano, con el Partido Revolucionario Institucional y el gober precioso.
En los tres casos que enumero, los partidos políticos –mejor dicho, las dirigencias partidistas- en lugar de salir a condenar los hechos que se hicieron públicos, se rasgaron las vestiduras por la obtención ilegal de las grabaciones, además de que, en todos los casos, se hablo de una estrategia para desacreditar políticamente a los involucrados, al partidos o a sus gobiernos.
Ni por equivocación los partidos se deslindaron de esos personajes. El PRD simuló un deslinde de René Bejarano y Carlos Ímaz, pero unos meses después éstos ya estaban no sólo libres de toda culpa sino además operando para el partido y para su candidato a la presidencia.
Todo mundo se hizo de la vista gorda, incluidas por supuesto, nuestras ¿autoridades?. Con el pretexto de que las grabaciones se obtuvieron de manera ilícita, no hubo ningún seguimiento al fondo del asunto que en el caso del niño verde era la aprobación de leyes a cambio de millones de dólares y en el caso del gober precioso, aunque hay investigación. ¿Habrá culpables en el presunto tráfico de menores en una amplia red de pornografía infantil?
No pasa nada. Mario Marín sigue gobernando Puebla, el niño verde sigue siendo dueño del PVEM, René Bejarano y Carlos Ímaz siguen operando para el PRD y Andrés Manuel López Obrador. Las autoridades encargadas de procurar justicia y aquellas encargadas de combatir la delincuencia no ven delito que perseguir, salvo aquel que tiene que ver con la obtención ilegal de las grabaciones.
Somos rehenes de la partidocracia ¿Por qué no pasa nada? Porque todo es negociable en los desagües de la política mexicana, porque salvo contadísimas excepciones los políticos con poder siempre tienen cartas de intercambio, cartas de impunidad. No necesitan la inmunidad del Congreso, tienen la inmunidad –que es mejor- de la complicidad. Todos tienen cola que les pisen y para evitar ser pisados evitan pisar a los demás. De ahí que no haya investigaciones, de ahí que la clase política grite al unísono – y posiblemente sea en lo único en lo que está de acuerdo- que la ley no sea utilizada como instrumento de persecución política. Justicia selectiva, para ellos no, para los demás, por supuesto. Es decir, frente a la ley todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros, dirán los políticos.
Somos rehenes de la partidocracia porque las reformas legales que son necesarias para eficientar la procuración y mejorar la impartición de justicia, están en manos de la misma clase política que se beneficia de las lagunas legales existentes en nuestras instituciones de procuración e impartición de justicia.

Todo es negociable. Los medios de comunicación han hecho públicas diversas grabaciones, las más recientes el martes 12, que incriminan al poderoso empresario Kamel Nacif Borge, como presunto integrante de una “red de redes” de pornografía infantil, misma que estaría encabezada por Jean Succar Kuri. Las autoridades encargadas de la procuración de justicia tienen elementos suficientes para integrar un voluminoso expediente y ponerlo a disposición del juez, es decir, no tienen que depender de las grabaciones –que al obtenerse ilícitamente, no pueden ser utilizadas en un juicio- para solicitar la orden de aprehensión en contra Kamel Nacif que sigue libre. La cosa es que la PGR quiera o pueda hacerlo.
Todo es negociable. La PGR podría NO encontrar elementos para solicitar una orden de aprehensión en contra del empresario libanés, entre otras cosas porque entre sus múltiples subordinados, socios, cómplices, amigos, están gobernadores como Pablo Salazar Mendiguchia, Fidel Herrera y Mario Marín o políticos como Emilio Gamboa Patrón quien se refiere a él en términos como “papito” y “mi rey”. El flamante coordinador de los diputados priístas en San Lázaro se desvive por cumplir los deseos de su “papito”, al menos eso se desprende de las conversaciones hechas públicas en días pasados.
Todo es negociable. Se repite la historia. Frente a la contundencia de las grabaciones Emilio Gamboa primero se defiende “Yo creo que es una canallada que no se a dónde nos quieren llevar...”. Luego acusa “Yo creo que de dónde puede venir es del gobierno para distraer atención...”, y finalmente amenaza veladamente “Juegan (¿Quién? ¿El gobierno?) de una manera que no nos ayuda a resolver, de fondo, los problemas que tenemos en el país...” ¿Qué tienen que ver los problemas del país y su abierta relación con el llamado rey de la mezclilla?
El mensaje es claro, “si me investigan no hay reformas”. Como coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados tiene el poder de frenarlas o hacerlas avanzar, cuenta con el PRI como único aliado del PAN, el PRD no va a negociar con el gobierno “ilegitimo” y el probable voto de los chiquipartidos no sería suficiente para aprobarlas. En suma, ni el rey de la mezclilla, ni el gober precioso, ni Emilio Gamboa van a caer, a pesar de que como candidato, el hoy presidente electo Felipe Calderón aseveró “Me vale que sea un gobernador, me vale que sea un empresario poderoso”. Para empezar, uno de los que tendría que caer es ni más ni menos que el mejor interlocutor con el que cuenta su futuro gobierno. El empresario libanés sabe demasiado y si cae no querrá caer solo. Cartas de intercambio, cartas de impunidad. Si no cae mi amigo y no caigo yo, habrá reformas. Quisiera estar equivocado pero la reacción al tema por parte del equipo del presidente electo me indica que se van a intercambiar cartas. Josefina Vázquez Mota –al igual que el PAN, el PRI y hasta el gobierno federal- condenó las grabaciones, condenó el espionaje, pero no condenó la relación de complicidad entre Kamel y Gamboa. El jueves Gamboa asumió la Presidencia de la Junta de Coordinación Política de la LX legislatura no sólo con el apoyo del PAN sino hasta del PRD. Lo dicho. Somos rehenes de la partidocracia y de la moral de los cínicos.