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miércoles, septiembre 27, 2006

382 Cultura Cine- Torres Gemelas

Las torres gemelas

Juan José Lara Ovando

Dos grandes problemas presenta la película Las torres gemelas, el primero que es la primera cinta norteamericana, específicamente, sobre el derrumbe de dichas torres (la otra cinta que circula sobre este mismo asunto, vuelo 93 se centra más en uno de los aviones utilizados por los terroristas) y los mismos norteamericanos se sienten calificados para juzgar lo que debe decirse en ella, lo cual le da un margen muy mínimo a la autocrítica y la reflexión en dicho asunto. La segunda es que el director es Oliver Stone, un polémico director, que puede ser tan brillante como contundente, y en ese sentido lo que menos tiene es sutileza para enfrentar algo tan doloroso para los estadounidenses.

Si se tratara de Ron Howard, el chico bueno de Hollywood, el público norteamericano no tendría duda de que vería tanto algo muy afín a ellos como lo que considerarían de entrada una pieza de sólido oficio cinematográfico, tal vez por esa razón, Oliver Stone trata con pinzas una tragedia, que, si bien (como el filme insiste en ilustrar) afloró la solidaridad del pueblo estadounidense, también dio pie a que la nación más poderosa del mundo entrase en una de las fases más abyectas de su historia. Es precisamente esa negrura, o al menos la poca claridad que la película filtra, que se echa de menos una reflexión al respecto, en ese tibio trabajo (que a la vez es extrañamente conmovedor) de Stone, centrado en el rescate de los oficiales del Departamento de Policía de la Autoridad de Puertos de Nueva Cork, John McLoughlin y Will Jimeno (Nicolas Cage y Michael Peña), las dos últimas personas rescatadas vivas en el derrumbe de las torres.

La película entera es un memorial a los caídos y un homenaje a la entereza del norteamericano común, el working class hero, durante los fatídicos hechos, sin que un viso de politiquería se cruce en su camino. Una empresa loable sin duda, pero que choca irrefrenablemente con una filmografía tan excesiva como brillante, siempre dispuesta a abrir la discusión y analizar un problema desde diversas aristas. El mismo Stone ha señalado que ahora ha realizado una película muy objetiva, sin entrar en discusión ideológica ni postura política, ni polémica crítica, que se ha sujetado a los hechos, así que no da pie a las críticas que le han hecho en cintas anteriores, aunque obviamente sabe que lo van a criticar. Desde luego que si, en el reciente Festival de Venecia, donde se presentó la película fuera de concurso, la crítica internacional unánimemente mencionó que es un filme que chantajea sentimentalmente al espectador, y tanto Stone como los policías McLoughlin y Jimeno, que lo acompañaron, escucharon la rechifla del público. No obstante, el espectador norteamericano ha recibido muy bien la cinta, que en tan sólo 20 días de exhibición recuperó ya la inversión de 63 millones de dólares. No siendo norteamericano, es el sentido de la película lo que le impide alcanzar mayor altura, pues si bien no se culpa a nadie, también deja a los estadounidenses como los únicos afectados y sufridos pobrecillos.

En su realización la película es totalmente aceptable. El escenario es tan atractivo que el filme, no obstante, resulta de visión obligatoria. Stone, incluso, deslumbra durante la primera media hora, mostrando el trayecto de sus personajes hacia el trabajo, y por ende el despertar en la Gran Manzana, de una forma casi poética, en tanto que consigue transportar a la audiencia a un momento casi idealizado, cuando el mundo parecía un lugar seguro. Luego viene el ataque, muy sutil y siempre visto por los personajes a nivel de piso (excelentes escenas), cuya hecatombe es la entrada de los oficiales a la torre uno, minutos antes de su desplome, una secuencia que corta el aliento y pasará, seguramente a los anales de realización de cine.Lo que sigue a eso, es un típico relato de angustia y supervivencia que, en su afán de no ofender, se niega a explorar la calamitosa trascendencia que tendría el insólito suceso, salvo por ese momento escalofriante en que un marine fundamentalista anuncia que pronto tendrá que llegar la venganza. Inferior al Vuelo 93, pero por su temática y sus primeras escenas vale la pena.

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