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miércoles, septiembre 27, 2006

381 Opinión Sólo para nostálgicos

De elecciones, reelecciones y fraudes electorales

Salvador Rangel

Cuando Plutarco Elías Calles fundó el 4 de marzo de 1929 el Partido Nacional Revolucionario (PNR), fue para asegurar la permanencia en el poder de quienes habían sobrevivido a las luchas posrevolucionarias, no podían seguirse matándose Así se institucionalizó la revolución.

El PNR, se estrena en las elecciones de 1929, donde pretendían la silla presidencial el oficialista Pascual Ortiz Rubio y José Vasconcelos; el vencedor fue Ortiz Rubio, quien obtuvo el 93.55 % de la votación, y Vasconcelos 5.32%. El fraude se consumó y de ahí pa’l real.

En estas elecciones, el partido del gobierno obtuvo más votos en los estados más pobres, en cambio en los estados con más desarrollo su proporción fue menor.
El 5 de febrero de 1930, día en que Ortiz Rubio hizo protesta como presidente de la república, cuando salía de Palacio Nacional, fue víctima de un atentado y herido en el maxilar. En 1932, presenta su renuncia.

En 1940, de nueva cuenta se pone en movimiento la maquinaría del partido oficial, ahora con el Partido de la Revolución Mexicana, nuevo nombre a partir del 30 de marzo de 1938. Los contendientes son el oficialista Manuel Ávila Camacho con 93.89% y Juan Andrew Almazán con 5.72%.

Después vendría la intentona de reelección de Miguel Alemán Valdés (1946-1952), y ante la negativa de su propio partido y de la sociedad, en su IV informe de gobierno declaraba el rechazo a la reelección, pero pretendió imponer como candidato a Fernando Casas Alemán quien de manera sorpresiva anunciaba el 12 de septiembre de 1951 que se retiraba de la contienda interna del partido oficial ahora con el nombre de Partido Revolucionario Institucional, así bautizado el 18 de enero de 1946 y dejaba el camino libre a Adolfo Ruiz Cortines, secretario de gobernación en el gabinete de Alemán.

Ya el PRI tenía candidato oficial, pero no contaba con un fuerte contendiente, el general Miguel Henríquez Guzmán, de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano, contó con el apoyo de los generales Celestino Gasca, Francisco J. Mújica, Marcelino García Barragán, quien en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz fue secretario de la Defensa Nacional, del líder agrarista Rubén Jaramillo, quien años más tarde fue asesinado el 23 de mayo de 1962 junto con su esposa y sus tres hijos en el gobierno de Adolfo López Mateos.

El resultado de las elecciones fue del 74.31% para Ruiz Cortines y de 15.7 para Henríquez Guzmán. Una vez conocidos los resultados los Henriquistas llevaron a cabo protestas que terminaron en represión de parte del ejército y de la policía el 7 de julio de 1951, hubo muertos, heridos y desaparecidos.

Y para dejar constancia de que nada más había un partido, el PRI, el 25 de febrero de 1954, el gobierno canceló el registro de las organizaciones que integraron la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano.

En las elecciones presidenciales de 1976, el candidato oficial, José López Portillo, no tuvo contrincante. De cualquier manera hizo campaña.

En 1988, las cuestionadas elecciones presidenciales, entre el candidato tricolor Carlos Salinas de Gortari y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano candidato del Frente Democrático Nacional, fueron ganadas por el candidato oficial. Y pasó a la historia la frase del secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral que organizaba las elecciones, Manuel Bartlett, “se cayó el sistema” Y en ese inter, el porcentaje que no favorecía al partido tricolor “se recuperó” y perdió la oposición.

Y en el 2006, las más competidas elecciones entre el oficialista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, postulado por el PAN, Andrés Manuel López Obrador por la Coalición por el Bien de Todos (PRD, Convergencia y PT) y Roberto Madrazo Pintado, postulado por el otrora invencible PRI. La contienda fue entre dos, Calderón y López Obrador; durante la campaña el candidato oficial recibió franco apoyo del gobierno y grupos empresariales, el 6 de septiembre el Tribunal Electoral emitió el reconocimiento al triunfador de las elecciones y recayó en Calderón, la diferencia fue de menos de medio punto porcentual, al mismo tiempo el Tribunal reconoció que la injerencia del presidente de la república y del Consejo Empresarial Mexicano pusieron en riesgo la validez de las elecciones.

Las protestas y dudas de legitimidad del presidente electo no se hicieron esperar.
Y los nostálgicos recuerdan a Porfirio Díaz, quien decía: “Quien organiza las elecciones y cuenta los votos, por lo general siempre gana”.
rangel_salvador@hotmail.com

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