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miércoles, septiembre 27, 2006

382 Cultura Palou Zapata

Presenta ‘Zapata’, su más reciente trabajo literario en Querétaro
“Ningún líder político actual se compara con Zapata”: Pedro Ángel Palou

Rodolfo Campos Paulín

En el fútbol, el árbitro del partido suele ser vituperado, casi siempre, en términos de ser un ciego, un ratero o un burro. Al margen del cliché y lugar común, lo cierto es que el juicio no tiene que ser necesariamente verdadero. Pedro Ángel Palou (Puebla 1966) es una muestra fehaciente de ello: árbitro de fut profesional cuando era joven, es decir aún más joven, Palou es hoy día uno de los escritores más reconocidos, publicados y acaso leídos en nuestro país. Palou, además, ha sido secretario de Cultura en su estado y actualmente se desempeña como rector de la Universidad de Las Américas.

Acompañado de su entrañable amigo Ignacio Padilla, Palou estuvo en Querétaro la noche del 21 de septiembre para presentar su más reciente trabajo literario: la novela Zapata, donde según palabras de Padilla “se reconstruye a un personaje histórico sin hacer en ningún momento un ‘tigre de papel’ de él.”

Tras un evento exitoso –alrededor de 200 personas se dieron cita en la Galería Libertad para escuchar la presentación- Pedro Ángel Palou accedió a conceder una entrevista exclusiva para Tribuna de Querétaro.

Pedro Ángel es un escritor prolífico, varios libros en relativamente poco tiempo... ¿Cómo hace, cómo se da tiempo un hombre tan ocupado en sus labores como rector universitario para escribir de manera tan constante?
Bueno, es que yo me considero un escritor nocturno, que cree en la literatura en acto casi vampírico de robarle horas al sueño. He tenido trabajos menos burocráticos, pero más exigentes físicamente, como mismo hecho de ser profesor. Sin embargo, mi vida literaria siempre ha estado relacionada a las noches. Tampoco tiene mucha gracia escribir mucho, sino escribir bien y que las cosas que haces, gusten. Soy muy disciplinado, eso sí: escribo diario.

¿Cuál es la diferencia en el proceso de escritura de una historia por completo ficticia y hacer la reconstrucción novelada de una historia, una historia, además, de un personaje tan mítico de la historia nacional como es Zapata?
Totalmente distinto: la ficción absoluta te da una libertad absoluta. Y yo al principio sentía que tenía una camisa de fuerza que no me permitía escribir. Me sentaba a escribir y no podía. Tenía mapas exhaustivísimos de Morelos, tenía cronologías que incluso imprimí en grande y puse en corchos para dibujar batallas completas... por dónde se había ido, dónde había estado... pero no encontraba cómo escribirlo. El hecho de escribir una novela histórica, de una figura así nace de un respeto muy profundo por la figura de Zapata. Y respetarlo significa también que la fabulación del novelista no vaya a entorpecer. Y creo que lo logramos: no hay ahí en la novela un Pedro Ángel Palou, Zapata es más importante que Pedro Ángel Palou.

Pareciera que vivimos una especie de travestismo político, donde la ideología dominante es el pragmatismo puro. En ese sentido, ¿cuál es la importancia de escribir sobre un personaje tan puro ideológicamente, con ideas tan firmes que, como usted menciona, nunca se traicionó a sí mismo ni a su causa?
A mi me da mucho miedo gente que ha hecho de los revolucionarios, pienso en el Che para contestar esta pregunta en particular, en una película malísima que han ponderado tanto: Diarios de motocicleta, que nos presenta un Che muy desideologizado, un héroe pop de camiseta que se vuelve preocupado por los pobres porque es como una especie de Madre Teresa de Calcuta que anda en motocicleta y se encuentra con gente enferma, con que hay leprosos. Es muy triste entonces ver que una generación de latinoamericanos que se quedan con una imagen del Che casi con una calidad cristiana. Yo creo que por eso es tan importante trabajar, entender, cuidar una nueva lectura de Zapata para reideologizarlo en un medio no sólo de México, yo creo que el mundo esta necesitado de este aspecto.

¿Hay algún líder social, algún líder político en México o en América Latina que le llegué siquiera a las espuelas de la bota de Zapata?
No. Entre otras cosas, porque el mundo también exige otro tipo de líderes. El carisma de Zapata, por otro lado, venía de que él no eligió ser líder: lo eligieron líder. E insisto, el se preguntó muchas veces si el era el adecuado. La mayor parte de los líderes carismáticos que yo veo en América Latina buscaron ser líderes, nadie se los pidió.

Una última pregunta, maestro. Con todo lo que el conflicto postelectoral implicó para la sociedad mexicana y los medios, muy pocos prestaron la atención debida al veto que el presidente Fox aplicó a la ley del precio único del libro. ¿Podría usted hacernos un comentario al respecto?
Es una tristeza. Es gravísimo, sobre todo después de tanto tiempo de trabajo, de cabildeo en la cámara, con escritores; habíamos logrado algo que antes parecía imposible. Empezaba, yo creo, una posible bonanza del libro después de esta ley y Fox no entiende, porque nunca ha entendido que esto es una cosa mucho más compleja que esa idea que le vendieron de que esto era una cosa que atentaba contra el libre comercio. Tenemos que luchar ahora todos los escritores y los lectores en México porque se apruebe la ley y se quite el veto. Me parece que hay posibilidades y mecanismo para hacer esto pese a la idiotez crónica de este gobierno.

¿Qué perspectiva ve de lograr esto en la administración que se avecina?
Creo que sí habrá oportunidad porque veo que aparentemente se está rodeando de un grupo de gente interesante en sentido estrictamente cultural, literario. Están ahí cerca Sergio Vela, Fernando Sariñana, la misma Consuelo Sáizar del Fondo de Cultura Económica. No hay que olvidarse que Felipe Calderón, pese a toda la tradición que el mismo le dio a los valores tradicionales de la cristianodemocracia panista: de su padre, de Manuel Espino, de El Yunque, de esa corriente neopanista que dice ‘el fin justifica los medios’; pese a eso, Felipe Calderón viene de la mejor tradición del panismo mexicano: una especie de socialdemocracia tan necesaria para América Latina y para México. Creo que entre más rápido se desmarque de Espino, del partido actual que tiene y de los nuevos líderes que van a mandar ahora a las cámaras legislativas, y se acerque a las llamadas ciudadanas que, por lo escuchado en sus discursos recientes, aparentemente él ha entendido, entonces más cerca estaremos de un gobierno menos caprichoso que el que hemos tenido en estos últimos seis años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pedro Angel Palou es un mafioso y toda su verborrea sobre cualquier tema es mera hipocrecia solo hay que saber que es amigo intimo de pederastas, censura periodicos estudiantiles, practica el fascismo en todas sus modalidades y destruye carreras academicas de años.