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lunes, junio 01, 2009

‘Cascarita’ electoral en el Corregidora

“Con López Obrador estaríamos en Primera División”, gritaban aficionados al término del encuentro

Lizeth Freyre

Faltaba poco tiempo para el partido. Las calles se empezaban a llenar de colores de las camisetas, pero esta vez no sólo eran las azules con negro de los Gallos Blancos de Querétaro, sino también los colores partidistas que invadieron el paisaje y las faldas del estadio Corregidora.

En plena calle, las porras priistas y panistas se juntaron, las banderas rojas y las blancas detenían el paso de los autos, entre gritos para apoyar a sus candidatos, gritos confusos que no se lograban distinguir: Pepe, Manuel, Manuel, Pancho, Pepe, Jaime.

El Partido Social Demócrata (PSD) estaba presente, con cartulinas escitas a mano. Tres niños cargaban frases como “¿Crees que es normal el hambre y el desempleo? Si crees que es normal, vota por aquellos cuyas políticas en nada han mejorado tu situación. Piensa libre. Vota libre. PSD”.

El estadio se llenaba rápidamente, perredistas y priistas, sentados en la misma área, entonaban juntos “eah eah, el PAN se tambalea”, mientras los panistas se extrañaban por la cercanía de sus rivales.

Los candidatos panistas y priistas, presentes en el partido

A minutos de comenzar el partido, la euforia de la gente se incrementaba. Por la banda derecha, estaban los panistas. Por la izquierda, en el extremo contrario, tratando de hacer sus ‘gambetas’ para burlar al contrario, los priístas.

Justo detrás de la portería, la ‘barra’ de los Gallos Blancos, la Resistencia, gritaba al unísono: “albiazul, tú eres lo que más quiero, albiazul, si no te veo me muero; albiazul, la barra está reloca; albiazul, vamos a ganar la copa”.

Manuel González Valle estaba sentado en las tribunas junto a Francisco Domínguez, quien llevó a su hijo como compañía, mientras a la derecha de González Valle, su esposa.

Del lado opuesto, estaba José Calzada Rovirosa con su familia (su esposa y sus tres hijos), desde el palco, en espera del triunfo del equipo plumífero. Los hijos traían la playera oficial de los Gallos, mientras él y su esposa mostraban en sus camisas, bordados con la frase “Pepe, gobernador”.

Cae el primer gol, la afición hace temblar la construcción; un mismo gol, tres festejos distintos: PAN, PRI-Nueva Alianza, PRD, y la Resistencia. Es ese momento, un único sonido: “¡Goool!”.

El partido terminó con los ánimos en punta de las butacas. Los vasos llenos de cerveza empezaron a volar por el aire; minutos antes, varios aficionados fueron expulsados del estadio por la guardia del lugar. Pero la verdadera guerra de porras fue a la salida, cuando los jóvenes del PRI y del PAN se encontraron.

“Soy panista, pero estoy con Pepe” vs “¿Quién es Pepe? Que alguien lo presente”

La música a todo volumen provenía de una especie de disco kitsch en el camión de los Pepe amigos, por un lado, y muy cerca, la pantalla gigante reproducía spots publicitarios y canciones de Francisco Domínguez y Manuel González Valle.

Frente a frente, los jóvenes pavonearon sus respectivas banderas, frente al acérrimo rival. “Somos panistas, no acarreados”, gritaban los de playera blanca con letras azules, mientras los dueños de las camisetas rojas contestaban: “El que no brinque es panista”.

Gritos por todos lados, la gente comenzaba a acelerarse. “Si votas por González Valle te quedas en la calle”. “¿Y dónde están, y dónde están, los priistas que nos iban a ganar?”.

“Hay que estudiar, hay que estudiar, si no panista vas a terminar”, entonaban de un lado, que para estas alturas ya estaba un tanto revuelto. “¿Quién es Jaime, quién es Pepe? Que alguien los presente”, contestaba el otro lado.

El desfile de playeras con leyendas cómicas amenizaba el paisaje. “Soy panista, pero estoy con Pepe”, “Manuel, tú eres mi gallo”, con el dibujo de un gallo blanco de fondo. La que más carcajadas arrebató fue: “Con López Obrador estaríamos en Primera División”.

La tensión crecía, los brincos cada vez más fuertes, las porras elevaban el tono, los gritos se volvían alaridos.

“…le sobran huevos”

Los aficionados del equipo de fútbol cantaban juntos, “El gallo se va, se va por que le sobran huevos y le sobran para ir a la Primera División”, mientras se retiraban sin conflicto alguno, aunque saturaron los camiones colectivos.

Voló un vaso, sin saber de qué lado, los chicos se abalanzaron contra los otros, la camiseta marcaba contra quien, el rival traía otro color diferente al tuyo, irle al mismo equipo esta vez no sirvió de nada.

Los elementos de seguridad intervinieron, disiparon el conflicto, mientras los encargados de los partidos políticos guiaban a los jóvenes para tranquilizarse y retirarse en sus respectivos autobuses.

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