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lunes, mayo 25, 2009

Lamentan perredistas falta de organización en sus mítines

Héctor Hernández

 

- A ver, tú deja la camioneta ahí para que todos la vean, y así sepan de qué se trata.

- Pero don Memo, vamos a subir por toda la calle. Después nos van a quedar muy lejos los carros y no va a servir de nada

- Bueno… a ver…  tú, tú y tú, súbanse a los carros y nos van siguiendo y con el claxon van haciendo ruido para que la se haga el escándalo.

El cielo amenaza con una lluvia tempranera pero esto no amilana al candidato del PRD a la Presidencia Municipal de Querétaro, Guillermo Félix Zavala, quien luego de enfundarse una cachucha amarilla con su nombre, se dispone a recorrer una a una las casas de la colonia Lomas de Casa Blanca, lugar que sería nombrado como el primero para el inicio de su gira proselitista.

La buena vibra y el entusiasmo se le desborda de su persona, a cualquier individuo que pase cerca de él lo saluda y le da una de sus tarjetas promocionales. Por el escándalo de su caravana de vehículos, la mayoría de los habitantes de la calle 27 sale para ver el por qué de los claxonazos.

“Mira mamá, es el señor de la camioneta”, dice un niño que acaba de identificar al candidato, quien inmediatamente se acerca a la casa donde la mamá y sus dos niños se asomaban para verlo de cerca.

 

‘Debimos haber comprado un equipo de perifoneo’

Su discurso se basa sobre su oriundez queretana, que nunca ha ingresado antes a la carrera política, y que nunca ha vivido del erario.

“Écheme la mano, necesito su apoyo, va’ ver que si ustedes me ayudan, yo voy a ser uno de los mejores presidentes (municipales) de Querétaro, porque soy uno de ustedes, salí de abajo y comprendo las necesidades que se tienen, por eso les pido su apoyo”, recitaba, mientras no dejaba de estrechar la mano de la señora.

Las camionetas iban avanzando a vuelta de rueda, mientras sonaban sus bocinas. “De no ser porque están tapizadas con la imagen de Memo, no sabrían de qué se trata, debimos haber comprado un equipo de perifoneo para hacer más ruido y promoción”, lamentaba una de las coordinadoras de campaña del candidato.

Así como había gente que lo apoyaba y salía a saludar al candidato, había personas que no le creían y claramente se lo expresaban: “Todos ustedes son iguales. Siempre prometen todo y nada que cumplen. Ahorita todos se hacen que escuchan, pero ya arriba ni siquiera voltean para donde está uno”.

Guillermo Félix Zavala vuelve a plantear su discurso. Da resultado, amainan las aguas del descontento de la señora y logra sacarle una sonrisa.

“Sólo se trata de hablar con la verdad, la gente sabe cuándo hablas así y por ello te da su confianza”, manifestaba el candidato perredista.

Más casas y más personas, por ende más tarjetas y volantes que entregar. De un momento a otro las tarjetas se acabaron y no se llevaba ni la mitad del recorrido. Los volantes escaseaban y todos se miraban para averiguar quién fue el que no aprovisionó paquetes de más, para la ‘contingencia’.

 

Y con Borbolla, también hubo falta de organización

En el municipio de Tequisquiapan, la fiesta proselitista había comenzado, el animador nombraba la lista de las personas que estarían presentes para el inicio de campaña.

Minutos más tarde, haría acto de presencia José Carlos Borbolla, aspirante a gobernador del estado, junto con un pequeño contingente de simpatizantes perredistas que los acompañaban hasta el tapanco.

Según algunos de los simpatizantes que ahí se encontraban, era la primera vez que habían oído mencionar a José Carlos Borbolla, y que si no es por los mantelones que tenían su foto, no habrían sabido quién era.

 

Disidentes, ‘espurios’ y más…

No pasaron más de 10 minutos cuando otro grupo de perredistas arribó a la explanada del jardín. Exhibían cartelones en los cuales se podía apreciar que eran de un grupo disidente al del presidente estatal, Horlando Caballero Núñez, pues en las cartulinas hacían alusión a conceptos como ‘espurio’, ‘vendido’, y ‘traidor’.

En el presidium donde se encontraban los candidatos, no se podía ocultar la incomodidad, debido a este grupo de manifestantes. Se podía discernir cierta molestia del dirigente estatal.

Se notaba un ambiente tenso que a veces se distendía con un “no caigan en provocaciones, compañeros”.

“La poca gente que se juntó es porque no hubo organización de parte de la gente de Tequis, o sea, nosotros fuimos invitados nada más, no tuvimos que ver con la coordinación”, decían.

Sin embargo la tónica de la mala organización continuaría el resto de la semana, ya que nunca pudieron afirmar con exactitud los eventos y lugares en los cuales estaría el candidato.

“Mañana está en el distrito uno, creo, no sé bien todavía, deja pregunto y les aviso”, expresaba una de las coordinadoras que, con incertidumbre, contestaba la pregunta.

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