Mariana Solís Sánchez
29 de abril. Querétaro, Qro. Desde el 17 de abril, Fernanda, estudiante universitaria, comenzó a sentir síntomas como dolor de cabeza, cuerpo cortado, tos y fiebre superior a los 37.5°. Aseguró que su novio tenía los mismos síntomas y que posteriormente su mamá también comenzó a sentirse mal. Fue la mamá fue quien sufrió de temperaturas altas que rebasaban los 38°.
Sin embargo, Fernanda pudo sobrellevar los síntomas, pues consultó a un médico particular que le recetó algunos medicamentos sin necesidad de ser internada, pues afirma que estuvo constantemente en observación y nunca se complicó. A pesar de que sufría los síntomas Fernanda nunca fue diagnosticada de forma oficial como contagiada del virus de la influenza porcina, así que se considera con suerte, pues estaba enferma, pero no era grave.
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