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jueves, abril 30, 2009

Defeños huyen de la influenza, se refugian en Tequis

Arlene Patiño Flores
30 de abril, Tequisquiapan, Qro. Al pasear por las calles de Tequisquiapan son notables los carros con placas provenientes del Distrito Federal, entidad con mayor número de afectados por la “influenza porcina”. Han venido a refugiarse a este municipio y las cabañas que normalmente se rentan para pasar los fines de semana lucen llenas. Las personas que son originarias de Tequisquiapan y se van a trabajar al Distrito Federal también regresan a su lugar de origen.

“Aunque yo nada más vengo para acá sábados y domingos –porque trabajo en el DF- , vine porque se hablaba de que iban a instaurar el cerco en la Ciudad, y no quería correr el riesgo de quedarme allá y volver quien sabe cuándo”, comenta Marycruz González, quien acaba de regresar para pasar estos días al lado de su familia y se cubre con el recomendado tapabocas. Además en su trabajo se acordó que las personas que quisieran estar más cerca de su familia tenían todo el derecho y “con la responsabilidad de trabajar desde su casa, que es lo que yo estoy haciendo, se podía retirar a su domicilio”. Así que no tuvo ningún problema con su actividad laboral.

En el recorrido que se hace por la plaza principal de esta locación turística del estado los restaurantes lucen vacíos y la plaza es poco concurrida, aunque es entre semana, se ve muy poca gente. Los visitantes pasean con su familia por el famoso centro y usan tapaboca; no se quedan por mucho tiempo, sólo salen a dar una vuelta y ya. Los meseros de los restaurantes se paran afuera de los negocios esperando a que entre gente a solicitar de sus servicios.
Sentado en una mesa del exterior, con cubreboca y pensativo, se observa a Guillermo González, mesero del Restaurante Las Brasas, quien comenta que la gente sí ha dejado de venir, “yo creo que sí tiene miedo” y aunque él dice no estar asustado, tiene que seguir las precauciones por órdenes de su patrón.

A lo largo del mercado de artesanías y de las tiendas de souvenirs, se puede observar algunos locales cerrados y lo poco solicitados que están los puestos. Para Xanic, quien trabaja en la promoción turística de Tequisquiapan, ésta situación es grave, “y hay que tomar medidas de precaución pero no tan exageradas y dramáticas como lo pinta la televisión. Ha habido poca gente que solicita información turística, aunque he notado que la gente que viene es del Distrito Federal y bromea diciendo: váyanse, no traigan sus bichos para acá. Puede ser que esta situación afecte el turismo este fin de semana, porque prefieren quedarse encerrados, pero hay que ver, dice esperanzada.

Sin embargo, al transcurrir los días, no toda la gente tiene pánico por contraer la enfermedad. Shareny Campos, estudiante de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) explica que “a medida que pasa el tiempo yo dudo más y más de la información que nos llega y supongo que algo (o mucho) se esté ocultando... que se trate de manipular. Sí me parece que deberíamos sentarnos un ratillo a reflexionar, pero estoy segura que no vamos a morir, que esto pasará, como todo, como siempre”.

Escasean tapabocas
En recorrido que hizo esta reportera a todas las farmacias de la cabecera municipal, desde el domingo 26 ya no hay tapabocas, y es que desde que se alertó de esta enfermedad contagiosa la gente corrió a comprarlos; algunos de los que atienden hasta les da risa que la gente llegue preguntando por estos artículos, “se terminaron por que las personas que vinieron pidieron por paquetes” dice Gustavo, muchacho empleado de la Farmacia Cruz Roja. Y hasta la fecha no se han surtido.

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